Cada vez se realizan más transacciones en
moneda extranjera, fruto del constante incremento de la internacionalización de
las empresas, y son más los grupos formados por entidades de diversos países
que se enfrentan a la necesidad de homogeneizar los importes procedentes de
todas las empresas que intervienen en la consolidación, convirtiendo las cifras
de sus cuentas individuales expresadas en diferentes monedas en una moneda
común que permita la formulación de unas cuentas unificadas.
Es
decir, se enfrentan a la necesidad de homogeneizar los importes procedentes de
todas y de cada una de las empresas que intervienen en la consolidación, convirtiendo
las cifras de sus cuentas individuales expresadas en diferentes monedas en una
moneda común que permita la formulación de unas cuentas unificadas para, a
través de cuales, poder cuantificar el resultado y el patrimonio del grupo de
que se trate.