(II) La década de 1970: La edad del lápiz y la goma de borrar
Si un historiador describiese las consolidaciones realizadas por las sociedades holding pioneras que decidieron publicar sus cuentas consolidadas a finales de la década de 1960, se referiría a la edad del lápiz y de la goma de borrar.
Los PCs no existían y las hojas de cálculo eran algo inaudito. Los principios de consolidación no estaban todavía suficientemente bien controlados para dar lugar a un software especializado.
A lo sumo, algunos consolidadores utilizan programas de contabilidad (nadie hablaba sobre software en ese momento y mucho menos sobre paquetes de software) en el cuál se almacenaban las cuentas de la compañía como muchas entradas de débitos de activos a créditos y pasivos, cuando fueron capaces, a través de una pantalla. Al mismo tiempo, las tarjetas perforadas todavía fueron muy utilizadas como un medio de entrada de datos.
Las calculadoras eran una herramienta indispensable tanto para los cambios de divisas (el euro no existía todavía) y para el establecimiento de todas las entradas de eliminación.
Es fácil entender por qué, con este tipo de herramientas, la elaboración de las cuentas consolidadas y anexos sólo se podía hacer con un calendario muy flexible, sobre todo si el alcance del perímetro de consolidación del grupo era un tanto complejo.
Algunos lectores recordarán que, en ese momento, ya había algunos "grupos de grupos" entre los muchos grupos ya bastante grandes. Estaban presentes como pulpos internacionalmente y en casi todo tipo de negocios.
Vale la pena dedicar un poco de tiempo a estos "super grupos" y uno en particular, para el cual tuvimos la oportunidad extraordinaria de desarrollar un sistema de consolidación.
Consistía en casi 2.000 empresas, dividido en unos 20 subgrupos. Estos últimos eran a su vez considerados como holding, ya que a veces cotizaban en varias bolsas de valores y, por tanto, la obligación de publicar las cuentas consolidadas antes que la empresa matriz a la que reportaban.
¿Cómo procedía este "super grupo"?
El consolidador en el momento utilizaba hojas de papel impresas de gran formato con columnas como hojas de cálculo de hoy en día.
Las cuentas de los subgrupos aparecían en columnas sucesivas y estaban seguidas por los ajustes y las eliminaciones. Por supuesto, cada subgrupo previamente había hecho su propia consolidación a su propia manera.
Cualquier error o cambios en las importes finales requerían el uso de la goma de borrar y una cantidad significativa de tiempo para los nuevos cálculos. Al final de la consolidación, su complejidad se midió por el número de lápices y de gomas de borrar utilizados. En cuanto al calendario, el grupo publicó sus cuentas consolidadas en octubre del año siguiente.
Debe tenerse en cuenta un aspecto cultural: la mayoría de los informes anuales presentados en esa época, primero se presentaban las cuentas de la empresa matriz y las cuentas consolidadas aparecían en las últimas páginas del apéndice. Esta presentación destacaba su importancia percibida en esa época.
De hecho, un grupo muy reducido entre miembros de los consejos, los bancos y los analistas financieros podría presumir de comprender plenamente el contenido de las figuras amalgamadas cuya utilidad real a menudo fue cuestionada.
En nuestro siguiente blog trataremos la década de 1980: Los comienzos de la era de la informática
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