(IV) La década de 1990: La búsqueda de una solución milagrosa
En la mayoría de Estados miembros de la Comunidad Europea, el inicio de esta década coincidió con el requisito para los grupos de un cierto tamaño de generar las cuentas consolidadas. Este hecho fue un choque cultural importante para muchos de ellos, los cuales no estaban muy bien preparados para cumplir con este requisito.
¿Por qué?
Muchos de los grupos descubrieron que eran grupos a efectos de consolidación; habían estado funcionando pensando empresa por empresa, ignorando los detalles importantes y no siempre incluyendo todas sus transacciones.
La Consolidación radica en cada una de las empresas y en todas, independientemente de dónde se encuentran en el mundo. Hay muchas cuestiones de la organización, autoridades competentes, reglas que deben ser comunicadas.
Los efectos abrasivos de la consolidación también perturbaron muchos de estos grupos herméticos: se eliminan los resultados intragrupo, se eliminan los dividendos, se elimina el volumen de la facturación intercompañía. ¿Qué queda de las cuentas?
Como consecuencia en aquel momento, los grupos que tenían estructuras muy complejas, a menudo con fines fiscales, se dieron cuenta gradualmente de la transparencia de la técnica.
Además, el requisito implicaba nuevos costos de personal especializado, software, aprobaciones de las cuentas por auditores y una supervisión más estrecha de las empresas en el perímetro.
Este era el estado de ánimo con el que muchos grupos se embarcaron en esta nueva aventura.
Durante los primeros años de la década, una docena de compañías de software de consolidación estaban compitiendo por nichos de mercado. El número de grupos que respondían a la exigencia de consolidación era limitado, pero muy concentrado geográficamente.
Este entorno altamente competitivo, rápidamente condujo al desarrollo de la funcionalidad que faltaba en el software, especialmente la función de consolidación descentralizada, componentes de software y de datos que podían ser enviados a las empresas del perímetro.
Cabe señalar, sin embargo, que a principios de la década no existía el correo electrónico y el intercambio de información entre las empresas se realiza a través de líneas de telecomunicaciones (módem) y, más a menudo, por mensajería.
¿Qué es lo que se intercambiaban? Esencialmente, disquetes de 1,4 Mb en un sobre.
Una anécdota que recuerdo es una empresa que había sellado cuidadosamente un sobre con grapas antes de enviarlo. ¡Las grapas atravesaron el disquete!
Más en serio, dos acontecimientos tuvieron un impacto significativo en la segunda mitad de la década. El primero era tecnológico. Se confirmó la llegada definitiva de Windows, Internet y el intercambio de correos electrónicos como el nuevo entorno en el que el software funcionaría y se comunicaría. Fue verdaderamente una revolución en la practicidad y eficacia, sobre todo cuando se trataba de los intercambios de información con las empresas en el perímetro.
La segunda revolución era funcional. Se trató de integrar la funcionalidad de informes en el software de primera generación, conocido como software de consolidación legal.
Muchos grupos gradualmente se dieron cuenta de lo difícil que era conciliar las cifras producidas por la consolidación legal, con los creados después de previsiones de ejercicios económicos, a menudo por diferentes departamentos.
Los enfoques se basaron en diferente software. Se utilizaba el software especializado para la consolidación legal y Excel fue utilizado a menudo para reporting. El staff a menudo provenía de diferentes tipos de formación con sistemas orientados a más o menos detalle de la información, con perímetros completos o parciales, basados en diferentes frecuencias, etc.. En otras palabras, dos universos diferentes de números coexistieron en los grupos.
Reconociendo esto, las compañías de software reaccionaron muy rápidamente y lanzaron el concepto de "consolidación unificada".
¿Terminó la década con un producto milagroso? No realmente.
El software desarrollado principalmente por empresas europeas con una cultura latina, tiende a ofrecer un software con funcionalidades completas de consolidación legal, con algunas funciones de reporting que se consideraban insuficientes.
El software desarrollado por compañías anglosajonas proporcionaba una funcionalidad de informes excelentes, pero era relativamente incompleto en términos de funcionalidad de consolidación legal en donde todo debía estar establecido con parámetros. Los Grupos americanos, que a menudo tenían grandes perímetros, tenían estructuras de árbol mucho más simples con empresas íntegramente participadas.
El mercado fue claramente avanzando hacia una solución unificada. Sin embargo, la cultura del proveedor incidió en el software que hizo que fuese más fuertemente sesgado hacia la consolidación legal o hacia la presentación de informes.
Al final de la década la consolidación unificada no cubrió totalmente las expectativas del mercado.